Ya a finales del siglo XIX se había producido alguna tentativa de conceder a las universidades cierta autonomía con objeto de facilitar y mejorar su administración, pero no será hasta 1919 cuando estos intentos se vean materializados normativamente. El Real Decreto de 21 de mayo declaraba la autonomía universitaria e instaba a que cada centro redactara sus propios estatutos. Los de la Madrid fueron enviados al Ministerio en octubre de ese año, pero los vaivenes políticos del país retrasarían su aprobación, y los de las otras diez universidades existentes, hasta dos años más tarde. En 1922, la dimisión de César Silió y el nombramiento de nuevo ministro, acabarían con del régimen de autonomía establecido en 1919.
Con la dictadura de Primo de Rivera se tomaron algunas medidas encaminadas hacia cierta autonomía en la gestión universitaria: el reconocimiento de su personalidad jurídica y de su propio patrimonio.
Sede de la Universidad Central en la calle San Bernardo
Imagen de José Rodríguez Carracido, rector de la Universidad (1916-1927). Fuente: Wikipedia
Imagen de Manuel García Morente, decano de la Facultad de Filosofía y ponente de la comisión de elaboración de los estatutos, SG-2401
Propuestas recogidas en el borrador de la elaboración de los estatutos, SG-1278
Cubierta de los estatutos de la Universidad, D-1898
Portada de los estatutos de la Universidad, D-1898
Primera página de los estatutos de la Universidad, D-1898