Desde 1910 las mujeres pudieron matricularse en cualquiera de las facultades universitarias. Las primeras alumnas lo fueron sobre todo de las facultades de Medicina y Farmacia. En la década de los veinte, cuando su presencia en las aulas empieza a ser notoria, pasaron a matricularse preferentemente en la Facultad de Filosofía y Letras y en la de Ciencias.
La entrada en la docencia universitaria fue difícil y lenta. Emilia Pardo Bazán fue nombrada catedrático numerario de la Facultad de Filosofía y Letras en 1916, si bien no como consecuencia de un itinerario de formación académica si no con carácter excepcional por el ministro de Instrucción Pública y a instancias de Alfonso XIII, precedida por su éxito como literata y conferenciante. A finales del XIX y principios del XX las mujeres ocuparon sobre todo puestos de profesoras en la Escuela Normal de Maestras, en la Escuela Nacional de Música y Declamación y en el Conservatorio, este es el caso, entre otras, de: Francisca Samaniego, Pilar Muñir, Sofía Salgado, Natalia del Cerro, Sagrario Dueñas, Carmen Alcaide.
Carpetilla del expediente personal de Emilia Pardo Bazán, catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras, (AGUCM, P-632).
Carpetilla del expediente de Clara Campoamor, (AGUCM, P-0462).
Expediente de Victoria Kent, (AGUCM, DE-0483).
Ficha de la alumna Hildegart Rodríguez Carballeira, (AGUCM, SG-2228).
Certificado de exención del servicio social. (AGUCM P-0631, 43).
Residencia de Señoritas, ca. 1920, (AGUCM, SG-2402).
Fotografía de un laboratorio de la Facultad de Farmacia, ca.1943, (AGUCM-183/16-006).
Fotografía del bar de la Facultad de Filosofía, ca.1943, (AGUCM, 183/16-006).