Profesoras y estudiantes

Desde 1910 las mujeres pudieron matricularse en cualquiera de las facultades universitarias. Las primeras alumnas lo fueron sobre todo de las facultades de Medicina y Farmacia. En la década de los veinte, cuando su presencia en las aulas empieza a ser notoria, pasaron a matricularse preferentemente en la Facultad de Filosofía y Letras y en la de Ciencias.

La entrada en la docencia universitaria fue difícil y lenta. Emilia Pardo Bazán fue nombrada catedrático numerario de la Facultad de Filosofía y Letras en 1916, si bien no como consecuencia de un itinerario de formación académica si no con carácter excepcional por el ministro de Instrucción Pública y a instancias de Alfonso XIII, precedida por su éxito como literata y conferenciante. A finales del XIX y principios del XX las mujeres ocuparon sobre todo puestos de profesoras en la Escuela Normal de Maestras, en la Escuela Nacional de Música y Declamación y en el Conservatorio, este es el caso, entre otras, de: Francisca Samaniego, Pilar Muñir, Sofía Salgado, Natalia del Cerro, Sagrario Dueñas, Carmen Alcaide.

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